Radiografía del futuro eléctrico sobre ruedas
La revolución de la movilidad eléctrica sigue su curso, y cada año gana velocidad. El nuevo informe Global EV Outlook 2025 de la Agencia Internacional de la Energía (IEA) confirma lo que muchos ya intuíamos: los vehículos eléctricos (VE) ya no son una promesa de futuro, sino una realidad imparable. Con un crecimiento exponencial, avances tecnológicos y un ecosistema cada vez más maduro, los VE están reconfigurando la industria del transporte a nivel global.
En este post analizamos los puntos clave del informe, con una mirada crítica y divulgativa, ideal para quienes quieren estar al día del presente (y futuro) eléctrico
Un 2024 récord: 17 millones de VE vendidos
El 2024 cerró con cifras impresionantes: más de 17 millones de vehículos eléctricos vendidos en todo el mundo, lo que representa un incremento del 25% respecto al año anterior. Esto significa que 1 de cada 5 coches vendidos en el mundo fue eléctrico.
Este ritmo vertiginoso se explica por varios factores:
- Bajada de precios de las baterías.
- Mejora de la autonomía media.
- Aumento de modelos disponibles.
- Políticas públicas de incentivo
China, Europa y Estados Unidos lideran las ventas, pero el informe subraya que el crecimiento empieza a ser más global, con avances notables en mercados emergentes como India, Brasil, Tailandia o México.
¿Dónde se venden más coches eléctricos?
El dominio de China es absoluto: el 60% de los VE vendidos en 2024 se matricularon en el gigante asiático. Le siguen Europa y Estados Unidos. Sin embargo, la dinámica empieza a diversificarse:
- Europa se mantiene fuerte, aunque con señales de estancamiento en algunos países por la retirada de incentivos.
- EE. UU. sigue creciendo gracias a políticas como la IRA (Inflation Reduction Act) y a la apuesta de fabricantes locales.
- India, Tailandia, Indonesia y Brasil muestran un crecimiento prometedor, sobre todo en vehículos de dos ruedas eléctricos, que tienen un enorme impacto ambiental y social en estas regiones.

Diversificación de la oferta: más modelos, más accesibles
El informe destaca que en 2015 había menos de 50 modelos de VE a nivel global. En 2024, esa cifra supera los 600 modelos, con cada vez más opciones en el segmento de entrada.
Además, se consolidan nuevas categorías:
- VE pequeños y urbanos, clave para ciudades congestionadas.
- SUVs eléctricos, muy demandados en EE. UU. y Europa.
- Comerciales ligeros y furgonetas, esenciales para la logística de última milla.
- Autobuses y camiones eléctricos, un segmento clave para descarbonizar el transporte pesado.
Los precios también han bajado: los VE fabricados en China ya compiten en igualdad de condiciones con los de combustión. El desafío ahora es que esa competitividad llegue a otros mercados sin aranceles ni trabas políticas.
Infraestructura de recarga: un pilar crítico
La infraestructura de recarga sigue siendo el gran reto, especialmente en zonas urbanas sin garajes privados. En 2024 se instalaron más de 4 millones de puntos de recarga públicos a nivel mundial, un aumento del 40% respecto al año anterior.
Sin embargo, el informe alerta de:
- Desigualdad geográfica: grandes ciudades tienen muchas más estaciones que zonas rurales o periféricas.
- Velocidad media de carga: solo el 20% de los puntos públicos son de carga rápida.
- Integración con energías renovables y redes inteligentes, clave para evitar picos de demanda.

La solución pasa por una planificación más inteligente, con políticas que incentiven la instalación tanto pública como privada, y por sistemas de gestión avanzados como los que ofrecen plataformas tipo Electromaps o soluciones de carga compartida.
Baterías y cadena de suministro: ¿sostenible?
Uno de los aspectos más detallados del informe es la evolución de la cadena de valor de las baterías. La demanda de litio, cobalto, níquel y grafito sigue aumentando, pero también lo hace el reciclaje y la innovación en materiales.
Puntos destacados:
- El reciclaje de baterías creció un 80% en 2024.
- Se aceleran las inversiones en baterías LFP, más baratas y sin cobalto.
- Avanza la investigación en baterías de estado sólido, aunque no llegarán al mercado masivo antes de 2028.
Además, se empiezan a ver estrategias para relocalizar la producción de baterías en Europa y EE. UU. y reducir la dependencia de Asia.
Políticas públicas: incentivos, regulaciones y objetivos
Sin políticas públicas ambiciosas, la transición sería mucho más lenta. En 2024, más de 30 países anunciaron nuevos objetivos de electrificación, tanto para vehículos particulares como para flotas públicas y transporte urbano.
Entre las medidas más efectivas:
- Subvenciones directas a la compra de VE.
- Incentivos fiscales a empresas.
- Zonas de bajas emisiones.
- Requisitos mínimos de venta de VE para fabricantes.
Pero también hay riesgos: en países como Alemania o Reino Unido, la retirada de ayudas está frenando el crecimiento. El mensaje de la IEA es claro: los gobiernos deben mantener el rumbo y la coherencia a largo plazo.
Consumidores: ¿por qué se compra un VE?
La percepción del consumidor ha cambiado. El informe muestra que los principales motivos para comprar un VE en 2024 son:
- Ahorro económico a medio plazo.
- Mejor experiencia de conducción.
- Compromiso ambiental.
- Beneficios fiscales o acceso a zonas restringidas.
Además, el boca a boca funciona: en zonas con alta adopción de VE, los vecinos se animan más a dar el paso.

Tendencias tecnológicas: software, autonomía, conectividad
El coche eléctrico no solo cambia el tipo de motor. El informe destaca la transformación del vehículo en una plataforma digital:
- Actualizaciones OTA (Over The Air): cada vez más frecuentes.
- Integración con apps de carga y navegación inteligente.
- Sistemas de gestión de energía (V2G, V2H) en desarrollo.
La conectividad se convierte en un diferencial clave, y los fabricantes que dominen el ecosistema digital tendrán una ventaja competitiva clara.
Conclusiones: luces largas para una transición sólida
El Global EV Outlook 2025 es optimista, pero también realista. Muestra que estamos en un momento decisivo: los vehículos eléctricos han superado la fase de adopción temprana y están entrando en una etapa de madurez.
Sin embargo, queda mucho por hacer:
- Aumentar la infraestructura de carga y su interoperabilidad.
- Garantizar una cadena de suministro sostenible.
- Evitar retrocesos políticos en ayudas e incentivos.
- Incluir a los países del Sur Global en esta transición.
Para empresas, administraciones y consumidores, el mensaje es claro: electrificar ya no es una opción futurista, sino una necesidad estratégica.
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